Aprender un segundo idioma en la infancia se ha convertido en una prioridad para muchas familias y centros educativos. Los niños no aprenden como los adultos, sino que lo hacen de forma intuitiva, a través del juego, la repetición, el movimiento y la emoción. Por ello, los métodos de enseñanza de inglés en este grupo están enfocados en crear un ambiente lúdico y afectivo, donde el idioma se introduce de forma natural y contextualizada.
Las canciones, los cuentos, las rimas y los juegos dramáticos son herramientas esenciales en este proceso. Estos recursos no solo capturan la atención de los niños, sino que también facilitan la memorización de vocabulario y estructuras gramaticales sin recurrir a la instrucción formal. El aprendizaje ocurre mientras los niños se divierten, imitan sonidos, participan en actividades sensoriales y se expresan con libertad. El uso del cuerpo, los gestos y las imágenes fortalece aún más la comprensión y la asociación entre palabras y significados.